Y de la memoria ¿cómo andamos?

No se para ustedes, pero el tema de la pérdida de la memoria es preocupante para mí.

Pasan los días, los años y se vuelve más cotidiano el hecho de preguntarme ¿dónde dejé tal cosa? O salir raudamente de casa y ya en el auto darme cuenta que lo que tenía que llevar a lo de mi amiga quedó olvidado, con lo cual resignadamente -pero insultándome por lo bajo- vuelvo a buscarlo.

Lo más triste es que siempre había gozado de una memoria fantástica, pero hoy ella es reticente y cada tanto me hace pasar algún papelón.

Por otra parte, no me conforma el hecho de que hablando sobre este tema con compañeros de la oficina -con varios años menos en su haber- me digan:

-¡Pero si vos te acordás de todo!
- Peor estoy yo que no me acuerdo que hice hace 5 minutos.

Demás está decir que los puse sobre aviso sobre lo lábil que se halla esa función en mí, así que cada tanto se asombran cuando me preguntan algo y con total solvencia aporto el dato que necesitaban, obviamente porque esperaban que les respondiese que apenas me acordara se los decía .

Como no podemos defragmentar nuestro cerebro como hacemos con el rígido de la compu, ni aún haciendo efectivas todas las recomendaciones habidas y por haber para ejercitar la capacidad de mejorar la memoria ( hacer crucigramas, cambiar hábitos que hemos automatizado, etc.) no queda más que confiar en la ciencia.

A este punto quería llegar.

Parece ser que vamos camino a la solución, según leí en Novaciencia, tratando de solucionar tema de salud a un señor al que realizaban una estimulación cerebral para reducir su apetito y modificar así el trastorno de obesidad que sufría, dichos impulsos eléctricos “despertaron” su memoria adormecida.

Se imaginan –si es efectivo- la cantidad de personas que no sólo recuperarían la capacidad perdida sino las diferentes aplicaciones que podría tener.

Por las dudas, puse en “favoritos” la página no sea cosa que no pueda saber sobre los avances del tema porqué me olvidé en donde lo leí.